¡Buenos días, testamig@s! ¿Qué tal está yendo la Fase 2 de esta campaña? ¿Ya tenéis muchos testa-tickets acumulados? ¡Seguro que sí! Mientras, ¿os apetece que descubramos más el interior de algunas variedades de René Barbier?
Seguro que tod@s nos hemos quedado alguna vez maravillados de las cosas que un buen catador puede decir con solo dar un sorbo a un vino; sobre el color, el aroma, el sabor… Sin embargo, aunque no al mismo nivel, tod@s nosotr@s también podemos dar una valoración sobre el vino que probemos teniendo en cuenta los puntos que usan los expertos catadores: vista, nariz, boca; ¿probamos? ¡Venga! Vamos a descubrir la nota de cata de René Barbier Kraliner y René Barbier Roble (las dos variedades que probarán l@s embajador@s de la marca).
El Kraliner Seco se elabora con uvas Xarel.lo, Macabeo y Parellada. Es de un color amarillo pálido alimonado y sutiles tonos verdosos. Tiene un aroma intenso en el que predominan las frutas blancas como la manzana y el plátano a lo que acompañan elegantes notas de cítricos. En boca es fresco y sabroso con una ligera acidez; el sabor a frutas perdura largo tiempo y en él destaca el gusto de las manzanas verdes. Todo ello hace que el René Barbier Kraliner Seco sea ideal para acompañar cualquier tipo de aperitivos, así como platos de pasta, pescados a la plancha e incluso marisco fresco.
El Tinto Roble de René Barbier se elabora con Tempranillo, Merlot, Cabernet Sauvignon y Garnacha y se conserva dos meses en barrica de roble. Es de un color cereza brillante y de una intensidad media. Tiene aromas intensos a frutas rojas maduras -como la cereza y la ciruela negra- y un fondo especiado que recuerda a la vainilla. En boca tiene una entrada suave y sedosa, con una persistencia de sabor media en la que se pueden apreciar aromas afrutados y de regaliz negro. Esta complejidad aromática y de sabor hace que el placer de tomar este vino se potencie al acompañarlo de un buen plato de queso semicurado, un revuelto de setas o cualquier tipo de carne blanca.
¿Qué os ha parecido? ¿Os atrevéis a dar vuestra propia nota de cata?